FSC-CCOO Sector del Mar | 2 mayo 2024.

CCOO denuncia dos accidentes en buques de Trasmediterránea y Balearia, uno de los cuales ha costado la vida a un trabajador

    Los siniestros han tenido lugar a bordo de buques de navieras españolas: el Ciudad de Ibiza, de pabellón español y perteneciente a Trasmediterránea, y el Nápoles, de pabellón extranjero de conveniencia y perteneciente a Balearia. Desgraciadamente, en este último ha fallecido un marino.

    13/02/2024.
    Balearia

    Balearia

    Sin lugar a dudas, los accidentes y las enfermedades causadas por el trabajo son la expresión más dramática del conflicto capital-trabajo, que encuentra en el transporte marítimo su máximo exponente.

    La prevención de riesgos laborales a bordo de los buques se ha convertido en un sinfín de procedimientos puramente burocráticos: check-list y manuales de formación que terminan decorando las estancias de la tripulación, pero que no ponen freno al problema que subyace de fondo: el empleo de mano de obra barata, sometida a condiciones de trabajo del mercado internacional, donde no existe una regulación real en materia laboral y que convierte a las y los tripulantes de los barcos en el eslabón más débil de la cadena y carne de cañón para los accidentes de trabajo a bordo.

    A la realidad descrita no son ajenas las navieras españolas, que recurren a la contratación de trabajadores extracomunitarios, como Trasmediterránea, y/o al abanderamiento de su flota en pabellones extranjeros de conveniencia, como Balearia, para eludir los controles y exigencias que impone la legislación ordinaria.

    A pesar de los esfuerzos de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) por establecer unas condiciones “mínimas decentes” a través del Convenio Marítimo 2006, los aspectos clave, como la jornada de trabajo, el descanso, las vacaciones o la seguridad social, se encuentran bloqueados por armadores y determinados estados de pabellón de conveniencia, que compiten en el mercado en base al dumping social.

    En España, la contratación del personal de mar a través de agencias de embarque, a demanda de las navieras, y la ausencia de supervisión por parte del Ministerio de Trabajo y del Ministerio de Transportes sobre estas agencias y buques, pese a que muchos de los barcos hagan líneas regulares con puertos españoles, hace que no se verifiquen las condiciones de empleo de las y los trabajadores extracomunitarios, por una parte, ni la del personal español embarcado en barcos de bandera de conveniencia, por otra. La indefensión de las y los marinos es manifiesta, son el eslabón más débil de la cadena. La responsabilidad de la prevención de los accidentes es sin duda de los armadores y algo tendrán también que decir las navieras citadas, porque las personas que trabajan a bordo de estos buques no merecen que sus vidas y su seguridad estén en riesgo permanente.